Fecha de publicación: 30 octubre, 2018 - Autor: Simon

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Son muchas las ventajas ya demostradas sobre la influencia que ejerce el ajedrez en personas de cualquier edad, particularmente en los niños.
Mover las fichas sobre el tablero de forma estratégica, es un juego que desarrolla la capacidad de atención, fortalece la memoria en cualquiera de sus aspectos asociativo, selectivo, cognitivo y visual, y favorece la capacidad de abstracción, razonamiento y coordinación.
Los niños que crecen jugando al ajedrez tienen más capacidad de análisis y de síntesis: aprenden a buscar pronto soluciones ante las dificultades planteadas, así como a anticiparse a las respuestas del contrincante y a descifrar los patrones de las tácticas que pone sobre el tablero el oponente.
Al mismo tiempo, el ajedrez es un deporte de caballeros que pone a cada jugador en la piel del otro, además de enseñar a saber jugar siempre bajo unas reglas y a tratar a los rivales con respeto.

El ajedrez no es un juego para marrulleros, no se dan golpes en las espinillas ni se zancadillea al oponen. El jugador sabe que el éxito o el fracaso solo dependen de él y que nadie más él es responsable del resultado de la partida.

La importancia de aprender mientas se divierten

El ajedrez es un juego que estimula la creatividad y la imaginación. Cada participante debe imaginar formas y estrategias de enfrenar cada jugada y de diseñar mentalmente planes alternativos ante los desafíos que le plantee su contrincante.

Los juegos -particularmente el ajedrez- son grandes estimuladores del desarrollo mental. A través de ellos, los niños mejoran su concentración y su memoria, aprenden a conocer su entorno, y lo hacen todo ello de una forma divertida.

Si se les anima a jugar al ajedrez desde edades tempranas, el niño desarrollará su autocontrol e imaginación, mejorará su autoestima, sus habilidades para comunicarse y aprenderá reconocer mejor patrones y reglas, y le ejercitará eficazmente ante la toma de decisiones y la resolución de problemas.

El ajedrez eleva el cociente intelectual de los niños

Algunos estudios como el de la Universidad de Tübingen han llegado a la conclusión de que los jugadores de ajedrez, tanto en sus niveles más tempranos como en ajedrecistas más experimentados, utilizan por igual ambos hemisferios del cerebro al entablar una partida.

Son también conocidas las capacidades que se entrenan después de jugar al ajedrez como son las habilidades al expresarse, las destrezas lectoras, la agudeza de la memoria y la facilidad para las matemáticas.

También se ha sabido que una persona que le dedique tiempo y es constante en la práctica del ajedrez puede elevar su Coeficiente Intelectual.

Previene el Alzheimer y potencia la memoria

El doctor Robert Freidland ha publicado un estudio en el The New England Journal of Medicine en el que sostiene que las personas mayores de 75 años que a lo largo de su vida habían sido jugadores de ajedrez presentaban mucha más resistencia ante el deterioro que provoca el Alzheimer, la demencia y otras patologías relacionadas de tipo neurológicas.

Por el contrario, las personas que no se esforzaron mucho en ejercer su mente con entretenimiento u ocupaciones en las que se demanda el ejercicio mental, sus cerebros envejecen con más facilidad y son más vulnerables ante las acometidas contra dolencias como el Alzheimer.

Mejora la creatividad

Un estudio llevado a cabo por el doctor Rober Ferguson llevó a cabo un estudio bajo el título de Desarrollo crítico y pensamiento creativo a través del ajedrez en el que examinó a un grupo de jugadores de ajedrez durante 32 semanas.

Las conclusiones de su investigación sostienen que estos ajedrecistas lograron mejoras constatables en áreas donde el ser humano desarrolla sus destrezas creativas.
Una de las carencias más denunciadas en nuestro sistema escolar es aquella que afirma que los nuevos estudiantes cuentan con déficits de comprensión lectora.

Sin embargo, en los niños que practican este deporte se ha observado que sí son capaces de entender el texto que han leído.

El psicólogo Miguel Ángel Malo Quirós lo explica en un estudio que presentó en la Revista Capakhine.

Facilita la concentración

Es sabido que el ajedrez requiere de una gran capacidad de concentración. Muchos jugadores permanecen absortos contemplando la disposición de las piezas sobre el tablero mientras imaginan las distintas opciones que se le presentan, al mismo tiempo que intuyen los movimientos que hará su rival en función de las decisiones que tome.

Esta capacidad no sería posible sin el nivel de concentración suficiente, y está demostrado que el ajedrez estimula de forma significativa esta capacidad en sus jugadores.
Como consecuencia de que el ajedrez mejora la memorización, los niños escolares tienen menos dificultades para retener los que aprenden en el colegio.

Al ser un gran desafío estratégico, los niños ajedrecistas son más proclives a organizar los conceptos y estructurarlos mejor mentalmente. También favorece las relaciones sociales de los pequeños.

Ayuda a controlar los impulsos y mejora la toma de decisiones

Como el gran juego de estrategia por antonomasia que es, el ajedrez ejerce una decisiva influencia a la hora de desarrollar la corteza prefrontal. Esta área de nuestro cerebro es la responsable de planificar los acontecimientos y anticiparse a los movimientos de otros.

Además, esta zona de nuestro cerebro es la que ejerce influencia sobre el autocontrol de los impulsos y en la toma de decisiones.

Los orígenes del ajedrez se pierden en la niebla de la historia. Algunos apuntan que surgió en la India, otros que fue en China, algunos que nació durante el siglo V. El juego, tal y como lo conocemos hoy, tuvo su arranque en el siglo XV y se cree que es una evolución de un antiguo juego persa.

Parece que la versión europea de este antiguo juego fue la que finalmente triunfó, entre otras razones por que se incorporó a ella la dama y el alfil.

En el ajedrez, al contrincante no se le vence por la fuerza ni se le derrota a través del músculo o las destrezas físicas. El ajedrecista debe ser un gran estratega y tiene que aprender a leer las intenciones de su rival, reconocer las trampas que le va a tender y poner en marcha planes de emergencia para desbaratar la jugada que planea.

Es análisis, concentración, toma de decisiones, capacidad de respuesta y observación estratégica.
Pocos entretenimientos enseñan mejor al niño a pensar antes de actuar, a estimular su capacidad de atención, a ejercer la paciencia y a tener respeto por las reglas del juego y los derechos de los demás.

Libro de ajedrez recomendados

En cuando a libros de ajedrez para niños hay un sinfín de ellos más que recomendados. Pero los que mejor encajan en niños de 8 a 9 años podrían se ¡Jaque mate! Iniciación al ajedrez para niños, ¡Jaque mate! La táctica en el ajedrez para niños, El ajedrez en la escuela o Mi primer libro de ajedrez.