Fecha de publicación: 8 abril, 2018 - Autor: Simon
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Los libros para dummies han sido todo un fenómeno social. Gracias a ellos hemos aprendido a jugar al ajedrez, al fútbol o a manejar el excel correctamente. Pero hay cosas que aún no nos han enseñado: aprender mecánica y poder ganarnos la vida con ello.

A esperas de que salga este libro (esperamos que sea pronto), nos vemos en la obligación de preparar un pequeño manual para mecánicos y el triunfo de su negocio.

Cuando somos pequeños, casi todos soñamos con ser cantantes famosos, actores en películas que nos encantan, futbolistas o incluso astronautas, bomberos y veterinarios. Tal vez alguno quiera ser médico, o periodista, o escritor, o siguiendo los pasos de sus padres, profesor, por ejemplo. Sin embargo, pocos niños miran con futuro un trabajo tan habitual como el de mecánico en un taller, a pesar de que de pequeños muchas veces hemos jugado precisamente a arreglar los coches imaginarios, a adaptarlos a nuestro gusto, a llevar un taller, en definitiva. Ese punto  menos glamuroso del taller parece espantar a casi todos, hasta que llegados a cierta edad, normalmente la adolescencia, muchos chicos se sienten de pronto mucho más interesados por este trabajo y por cómo podrían desarrollarlo.

La mayoría de mecánicos siguen siendo hombres hoy por hoy, aunque es cierto que, por fortuna, las mujeres también están entrando más en juego en el sector. Da igual que género tengas, lo importante para ser un buen mecánico es saber de tu trabajo, coger toda la experiencia posible y por supuesto, ofrecer el mejor servicio del mundo a tus clientes, cuidando no solo tu trabajo sino también tu trato. Si has conseguido ya toda la experiencia necesaria para abrir tu propio negocio y estás inaugurando tu centro de trabajo, un nuevo taller en el que ofreces toda tu experiencia y tus mejores servicios, debes conocer muy bien el sector, para saber moverte por él y triunfar en un trabajo no tan bien pagado como se debería y con muchísima competencia.

Localización de tu taller

Aunque para muchos sea algo secundario, la localización del taller, como la de cualquier otro negocio, puede definir por completo el éxito o el fracaso del mismo. Y es que existen muchos talleres a las afueras, en grandes naves industriales, que ofrecen servicios muy completos y variados, y otros talleres algo más pequeños pero más accesibles, en el centro de las ciudades, o en lugares más urbanos. Esto hace que sean más fácilmente accesibles, aunque suelen ser más pequeños, como decíamos. Ubicar nuestro taller en un pueblo que tenga mucho tránsito puede ser igualmente un buen argumento, porque así estaremos cerca para cualquier avería de última hora. De la misma forma, estudiaremos la zona y veremos cuántos talleres hay ya ubicados allí.

Atiende a tus clientes como se merecen

Como sabrás ya a estas alturas, un coche es algo más que un vehículo de transporte. Es una máquina muy cara y en muchos casos imprescindible para sus dueños, que estarán nerviosos ante cualquier avería que puedan tener, por quedarse sin vehículo, por el miedo a cuento le va a costar arreglarlo, etc… Tener don de gentes y saber tratar con los clientes es algo importantísimo en esta profesión, incluso cuando la mayor parte de nuestro trabajo se lleva a cabo en soledad o con nuestros compañeros, arreglando los vehículos. El trato con el cliente siempre debe ser excelente porque será lo que fidelice a esa persona que nos lleva trayendo su coche un par de veces, y no quiera ir a otro taller, aunque podría, gracias a la confianza y al trato que nosotros le damos.

Precios y promociones

Destacar es importante en un terreno en el que hay tantísima competencia como el de los talleres mecánicos. Y una forma fácil de destacar es hacer promociones, sobre todo al inicio del negocio, para llamar la atención de la gente y hacerles que prueben a venir a conocernos. Allí será donde nosotros tomaremos nuestra posición y estaremos encantadores atendiéndoles, para convencerles de que tienen que volver por cualquier problema que tengan. Las promociones se desarrollan a través de todo el año, pero pueden ser mucho más interesantes en momentos estratégicos, como antes de las vacaciones de Navidad, Semana Santa o Verano, momentos en los que una buena revisión siempre viene muy bien. Podemos cobrar esas revisiones a precios especiales, o regalar el cambio de aceite, por ejemplo, algo bastante habitual en este tipo de negocios.

Los precios de las reparaciones deben ajustarse lo máximo posible para ser competitivos dentro del mercado, pero darnos un margen suficiente para pagar a nuestros empleados, y para tener nosotros mismos un sueldo decente al final de cada mes. Por supuesto que habrá meses mejores y peores, pero debemos ser capaces de encontrar ese equilibrio en los precios, para no bajarlo por completo, aunque sea lo primero que se nos ocurra para atraer clientela, y mantenerlos lo suficientemente atractivos para convencer a los demás de que vengan. Los precios atraen, pero es el trato y la calidad de los servicios lo que hace que los clientes se queden con nosotros y no solo nos visiten una vez, sino que regresen siempre que tengan algún problema con su vehículo.

Conocimientos de un buen mecánico

El sector de la mecánica está cambiando constantemente, y por eso es necesario que el mecánico sea una persona adaptable a todo lo que venga, y en constante formación. Aquél mecánico que piense que por llevar ya quince o veinte años trabajando se las sabe todas se dará contra una pared cuando vengan coches nuevos con motores diferentes. Ha ocurrido, en estos últimos años, con los eléctricos, que están dando muchos quebraderos de cabeza a aquellos mecánicos que simplemente habían dejado de interesarse por los nuevos avances y pensaban que su formación original ya sería suficiente para sacar adelante el negocio.

Un mecánico debe estar en continua formación, tanto él mismo como los miembros de su taller, si tiene a más personas trabajando. Por supuesto, la experiencia en el taller es lo que más cuenta en este sentido, así que el propio trabajo nos dará lo que necesitamos en muchas ocasiones. La pasión por la mecánica debe estar siempre presente, para que cuando llegue un periodo difícil nos mantengamos a flote, y cuando nos llegue una avería supuestamente imposible de arreglar, nos la ingeniemos para conseguir hacer funcionar el vehículo, ganándonos de paso para siempre la confianza del cliente. Saber trabajar en equipo, adaptarse a cada situación y seguir formándose continuamente son maneras de ser un buen mecánico.